jueves, 10 de julio de 2014

CRISTO NOS REVELA A LA SANTÍSIMA TRINIDAD



Cristo ha hecho un gran esfuerzo durante su vida terrena por darnos a conocer cómo es Dios. 

Y nos ha hablado concretamente de que el Padre es el Creador de todo y el Espíritu Santo es el que, después de su muerte y resurrección, nos seguirá conduciendo a la salvación.

Los cristianos nunca hubiéramos llegado al conocimiento de la Santísima Trinidad si Cristo no lo hubiese revelado, si no nos hubiese hablado, Él mismo de ello.

Dios, en sus tres personas, interviene activamente en la historia de la salvación de cada hombre. 

En primer lugar, el Padre nos crea y nos da la misión de dominar la tierra, pero cuando se presenta la realidad del pecado se hace necesario el envío de un salvador: 

Cristo, el mismo Dios se hace hombre para poder redimir, salvar a los hombres, Cristo hace un acto grandísimo de obediencia, la muerte en la cruz, para reparar la tremenda desobediencia que el hombre había cometido frente a los planes de Dios. 

Al morir no nos puede dejar solos, porque no encontraríamos la salvación. Dios viene de nuevo, permanece de nuevo junto al hombre en el Espíritu Santo que está en cada uno de los bautizados.

Cuando hablamos de un solo Dios verdadero y tres personas divinas, entendemos por persona divina una relación de amor que tiene existencia en sí misma. 

De este modo el término persona divina significa relación que existe por sí misma, que subsiste por sí misma. 

No hay comentarios: