martes, 10 de febrero de 2015

EL DESPERTAR DE UNA NUEVA VIDA



El amor verdadero está abierto a la vida, porque significa entrega y donación.

El matrimonio y el amor conyugal están ordenados por su propia naturaleza a la procreación y educación de los hijos.

Donde hay amor hay vida. Dios es amor y por eso recibimos la vida.

Los padres cristianos, consideran al hijo como un don de Dios.

Los hijos son sin duda el don más excelente del matrimonio.

En cada acto sexual hay un crecimiento en el amor, una expresión de donación y una apertura natural a la vida.

Los esposos que realizan su matrimonio en el amor, adquieren un fuerte deseo de compartir, su felicidad.

Dar la vida por tener hijos, es la felicidad de la familia, después de que nacen, cuidarlos, alimentarlos y educarlos en la fe de Dios es obligación de la pareja. 

No hay comentarios: