La paz es una actitud, no es
un tratado.
La paz es una decisión
definitiva, no una tregua.
La paz es una decisión
espiritual, no es una suspensión de las hostilidades.
Para poder estar en paz en
el propio corazón es necesario aceptarnos como somos.
Un corazón preparado de esta
forma, solo podrá trasmitir paz.
El primer territorio
necesitado de paz, soy yo mismo.
Estar en paz consigo mismo, es el medio más seguro de estarlo con los demás.
No se puede separar la paz de la libertad, porque nadie puede estar en paz concigo mismo si no es libre.
Cuando uno está en paz consigo mismo, hasta sonríe amablemente a los que no le quieren.
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