jueves, 22 de mayo de 2008

ACTITUDES FUNDAMENTALES


El hombre por ser inteligente y libre, tiene la capacidad de encauzar sus impulsos.

La imaginación y la fantasía anteceden a la acción, por ello es necesario tener un control sobre ellos.

El amor debe de ser el motor de la sexualidad y no al revés.

El hombre tiene impulsos, todo esto indica que somos normales y que tenemos una identidad sexual.

La sexualidad no comienza en los órganos genitales del hombre o la mujer. Estos están puestos a disposición del hombre de acuerdo a la finalidad que Dios les ha dado en el amor conyugal.

La dignidad de la persona humana y la verdad del amor nos muestran que los actos sexuales son propios del matrimonio e implican la intimidad conyugal.

Vivir una vida conyugal antes de casarse como se pretende en la unión libre, no asegura nada. Esta relación no deja de ser una unión de dos soledades motivadas por el miedo.

La sexualidad requiere de una participación estable, firme segura, na mutua donación total.

Ser persona homosexual es una posible anormalidad de la naturaleza que en sí, no es pecado.

El problema del sida por ptácticas sexuales anormales no es castigo de Dios, sino es una respuesta de la naturaleza, una enfermedad.

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