lunes, 26 de mayo de 2008

LA PROVIDENCIA


La Providencia consiste en la realización del plan eterno de Dios para que cada criatura realice su fin.

El hombre no puede entender el misterio del mal sino desde la perspectiva del amor y del respeto al plan providente de Dios que en todo busca el bien.

La preocupación de Dios es que el hombe alcance su perfección y su felicidad. La Providencia es la fuerza de Dios que orienta al hombre en todo momento, especialmente en lo que se refiere al uso de su libertad, para alcanzar la victoria en la vida.

La Providencia de Dios consiste en primer lugar en el hecho de la conservación de los hombres.

Todos los seres han sido creados con fines determinados.

Podemos afirmar que el mal no se vence perdiendo confianza, sino solo con el bien, sacando bien del mal.

En la iglesia llamamos Divina Providencia al cuidado y gobierno que Dios tiene de sus criaturas. Dios no se contenta con su acto supremo de amor en la creación, velando continuamente por nosotros de muchas formas diversas. Nos mantiene en la vida. Nos da medios materiales para mantenernos en unión con Él.

La acción de la Providencia no destruye nuestra libertad, sino que la encauza y fortalece.

Esta confianza y este amor que el hombre pone para afrontar el dolor moral, es un misterio tan grande como el del mal.

El mal físico no se opone a la Providencia. Los terremotos, inundaciones y demás problemas naturales, son parte de un proceso cósmico, regido por las leyes que Dios ha puesto en la naturaleza.

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