domingo, 25 de mayo de 2008

LA LEY


Las leyes son necesarias.

La ley natural, la ley civil, la ley de Dios, la ley evangélica se complementa y se enriquecen mutuamene.

LEY: Es regla o medida de los actos, de las operaciones y de los movimientos.

Todo hombre percibe en su interios la urgencia de realizar un ideal humano. Sabemos que ser hombre significa obrar siempre el bien y evitar el mal.

La ley natural nace de la naturaleza del hombre, la ley civil surge de la sociedad que acepa, elige o concede autoridad a personas capacitadas y honradas para promulgar leyes que la defiendan.

La ley civil en la religión nace de la moral, por eso sentimos la inquietud de amar a Dios, de no matar, de no mentir, de no desear los bienes ajenos.

Así llegamos a la conclusión de que para llevar a cabo con facilidad el ideal de ser hombre, nos es necesaria una ley: La ley natural. Para vivir en sociedad necesitamos la ley civil. Para realizarnos como religiosos se requieren la ley divina. Finalmente, para dar pleno sentido a la ley divina, necesitamos la ley evangélica.

Los diez mandamientos son clarísimos, pero pueden quedarse en reglas por cumplir. Dios no quiere un cumplimiento frío de las reglas, sino el amor que se pone en vivirlas. Cristo dijo en varias ocasiones: "NO HE VENIDO A ABOLIR LA LEY, SINO A DARLE PLENITUD"

La ley de Dios complementa, enriquece y especifica la ley natural.

Es necesario descubrir las leyes de Dios en nuestra propia naturaleza.

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