La riqueza equivale a aquellos bienes materiales que son propiedad de una persona o de una familia.
El sentido de la riqueza debe estar siempre supeditado al valor de la persona.
Para una sociedad más equilibrada se requiere la vivencia de los principios de la verdad.
Con la dedicación al trabajo se va creando la riqueza personal. Puede ser muy grande o reducida, pero siempre tendrá la característica de ser personal.
Solo cuando la riqueza se constituye en el primer valor por encima de los valores espirituales y del respeto a los demás adquiere un tema de maldad.
Las leyes de comercio son progresivas: más se compra, máspublicidad se hace, más deseos de comprar. Comprar no es un pecado y querer vender tampoco.
La tendencia a molestarse por los bienes de los demás procede en la mentira en que se vive, del engaño en el que se encierran los hombres buscando el bienestar por encima de los demás.
Cuando se vive en la verdad se hace fácil la justicia.
El principio de solidaridad es una exigencia directa de la fraternidad humana y cristiana, se manifiesta en la distribución de bienes y en la remuneración del trabajo.
"Consumo, luego existo" Esta parece una nueva ley para identificar lo que vale una persona para la sociedad.
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