miércoles, 28 de mayo de 2008

VALE LA PENA CREER


El primer mandamiento de la ley de Dios es: Amarás a Dios sobre todas las cosas.

La fe es una actitud de vida. Por la fe, la vida encuentra su sentido.

La fe es una misión.

Para vivir con entusiasmo la fe, necesitamos de la virtud de la esperanza. La fe debe de ser alegre, entusiasta, comunicativa.

La caridad es la virtud que da pleno sentido a la vida, porque ella amó a Dios sobre todas las cosas, y al prójimo como a si mismo.

Dios siempre está presente, en los momentos felices y en los momentos difíciles. En todo quiere siempre nuestro bien.

El don más importante que podemos recibir es la fe.

La fe nos ayuda a descubrir la presencia de Dios.

La esperanza nos permite dar a la fe una cara más humana.

La corona de la fe y de la esperanza es la caridad.

Dios nunca calla, si estamos con el corazón dispuesto a escucharlo hay que saber encontrarlo en todos los momentos de la vida, en las horas de la felicidad y en las horas tristes y oscuras. En las circunstancias más dolorosas y tristes de la vida uno tiene la tentación de preguntarse: "¿Y Dios calla? ¿Donde está Dios para que pueda amarlo?"

El don es la disposición permanente creada por Dios para hacerlo dócil a los impulsos del espíritu y permitirle el pleno ejercicio de las virtudes.

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