jueves, 29 de mayo de 2008

DIOS TODOPODEROSO, SEÑOR DE TODO


Dios se caracteriza por ser Padre Todopoderoso. Su amor y su poder se entrecruzan, son una misma cosa.

Es necesario entender con la fuerza de la fe y la apertura del alma que en Dios no hay misterios.

Entendemos el misterio del mal, del sufrimiento y de la muerte a la luz de la omnipotencia amorosa de Dios, de la muerte y de la resurrección.

La encarnación del hijo entra precisamente dentro de este misterio del poder amoroso de Dios. Dios lo puede todo y hablando en términos humanos, puede en cuanto puede su amor.

Dios está siempre presente, aun en las circunstancias más difíciles. Dios sabe como llegar a la vida del hombre.

La muerte y la resurrección de Cristo nos dan una clave extraordinaria para entender la omnipotencia de Dios.

El sufrimiento es una realidad ineludible en la vida del hombre. Por lo que todos pasamos, es el fruto del pecado y de la condición limitada del ser humano.El hombre es bueno, pero no es perfecto, NO es Dios. Por eso experimenta en su vida muchas limitaciones, muchos dolores que vienen de todo aquello que el hombre necesita y pierde: Salud, amistad, amor de un ser querido, etc. Además, el mal moral es causa de infinitos sufrimientos, guerras, robos, etc.

Dios es el Señor que crea y gobierna con amor el universo y la historia.

La omnipotencia de Dios es misteriosa porque no llegamos a comprenderla con nuestra pobre mente humana.

La muerte y resurrección de Cristo nos dan una clave extraordinaria para entender la omnipotencia de Dios.

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