jueves, 22 de mayo de 2008

LA CONCIENCIA: LA LUZ DE DIOS EN MI


La conciencia es aquella voz interior que sabe lo que está bien y lo que está mal.

Todos tenemos la experiencia de esa voz interna.

Los principios objetivos de la moralidad, son la ley moral que nace del hecho de ser persona y la ley de Dios que nace del hecho de ser hijo suyo por el bautismo. Las dos leyes están inscritas en el corazón del hombre. La ley perfecciona y da fuerza a la ley moral.

La conciencia es la inteligencia humana cuando juzga practicamente sobre la bondad o maldad moral de los actos humanos.

La conciencia debe ser formada y encauzada rectamente.

La oración y los Sacramentos, especialmente la confesión, iluminan a la conciencia y fortalecen la voluntad para actuar siempre con sinceridad.

La conciencia es el núcleo más secreto y el sagrario del hombre, en el que estamos a solas con Dios.

La conciencia moral es la voz interior que ilumina los actos humanos por el conocimiento inscrito por Dios en el corazón.

El juicio de la conciencia actúa de acuerdo con los principios morales de la persona que juzga y de acuerdo con la ley de Dios.

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