lunes, 26 de mayo de 2008

EL ORIGEN DIVINO DE LA IGLESIA


La resurrección de Cristo y la venida del Espíritu Santo son los dos eventos que originan la iglesia.

Los apóstoles llevaron el mensaje de Cristo por todo el mundo saliendo de las tradiciones Judías. Los apóstoles siguieron el mandato de Cristo conservando a Pedro como cabeza. A partir de Él, vienen todos los demás Papa, constituyendo a su vez por sucesión, la cabeza de la iglesia.

La iglesia sufrió persecución de los emperadores paganos de Roma que no entendían la doctrina de la fe católica.

Con la libertad de la iglesia, esta se pudo extender por todo el mundo y se pudo estucturar jerárquica y localmente.

La iglesia tuvo que enfrentarse a doctrinas extrañas a la fe como: El gnosticismo y a herejías como el arrianismo, el nestorianismo y el pelagianismo.

Para defender la fe de una forma estable se promovieron reuniones de todos los obispos de la iglesia, llamados concilios, de los cuales surgiría la iglesia católica, ratificada por el Papa y profesada por toda la iglesia en la oración de fe, el Credo.

Jesucristo no solo fundó una religión, sino también una iglesia.

La constitución de la iglesia se consumó el día de Pentecostés, el día que el Espíritu Santo desciende sobre los discípulos.

La mayor amenaza interna que hubo de afrontar la iglesia es la herejía gnóstica, ya que constituye una verdadera escuela intelectual y se presenta como una sabiduría superior solo al alcance de los iniciados.

La división del imperio en dos partes: Oriente y Occidente, consumada a finales del siglo IV, tuvo una honda repercunción en la vida de la iglesia.

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