sábado, 24 de mayo de 2008

LA EDAD CONTEMPORANEA


La revolución Francesa se caracterizó por una lucha contra la iglesia y contra la cultura cristiana.

El liberalismo es un movimiento cultural que se centra en una absolutización de las decisiones individuales, por encima de los principios de la religión católica y de la justicia social, que tuvo mucha aceptación en los ambientes católicos.

Los Papas hicieron un gran esfuerzo por afrontar la situación de pobreza material y miseria humana en que vivían las masas de trabajadores emigrados a las ciudades.

El movimiento modernista buscó una adaptación de la iglesia del mundo actual, racionalizando la fe, buscando una forma de comportamiento mas secularizada.

El totalitarismo fascista y el totalitarismo comunista se distinguieron por la falta de respeto a la persona humana. El totalitarismo comunista buscó la destrucción con la violencia y la opresión.

Los papas de la segunda mitad del siglo XX han buscado mantener la autoridad de la iglesia, estableciendo con seguridad la doctrina, llegar al mundo concreto de los hombres de nuestro tiempo. El concilio Vaticano II, impulsó la renovación de la iglesia, a pesar de los agentes externos que han hecho y luchado por deshacer la integridad misma.
Tras la muerte de Pablo VI y el brevísimo pero simbólico pontificado de Juan Pablo I, el papa de los treinta y tres días, la nueva elección pontificia constituyó un acontesimiento de inmensa trascendencia; por primera vez en cuatro siglos y medio el nevo papa no era italiano, un Eslavo, Juan Pablo II ocupa la sede de Pedro.
En la nueva humanidad de principios del siglo XXI la religión católica de los descípulos de Jesús da un fiel seguimiento de su Señor y Maestro, dando al mundo un nuevo sentido de la vida.

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