El hombre desde su concepción, ha sido pensado por Dios para la felicidad.
Siempre que actuamos lo hacemos por un fin bueno para nosotros.
La felicidad es la satisfacción en la poseción de un ser amado. Y el bien que podemos desea es la realización de nosostros mismos.
El camino hacia la verdadera felicidad está en el fin para el que fuimos creados: DIOS.
Dios ha actuado así porque quería que otros seres participasen de sus perfecciones y riquezas. ¿Pero de que riquezas se trata? Dios no posee más que a sí mismo y su felicidad.
Todo el mundo busca ser feliz con lo que hace, pero vemos que hay gente que no es feliz.
Hay muchos caminos que prometen felicidad, pero no la dan, o la dan a medias.
Hay otras realidades como el dinero, el honor y la fama, las diversiones, la salud, las amistades.
Gozar de algo es poseer lo que se ama. Nadie puede ser feliz si no goza de lo mejor que hay en el hombre y nadie que goce de este ser supremo, bien puede ser miserable.
Regla de oro: "A tal amor, tal felicidad"
Triunfar, es la acción por la cual el hombre encuentra su realización personal como ser espiritual. Los triunfos humanos, pueden considerarse tales, cuando se realizan en pleno respeto a la dignidad personal y de los demás.
No hay comentarios:
Publicar un comentario