domingo, 25 de mayo de 2008

LA LEY EVANGELICA


Cristo nos ha pedido que nos amemos unos a otros como Él nos ha amado.

La ley del amor es la respuesa a Dios, la entrega de la vida, puesto que Cristo nos ha amado entregándose hasta la muerte.

Cristo quiere darnos una nueva ley. La ley del amor. Lo fundamental de toda ley moral debe ser el amor, amor a si mismo, amor a los hombres, amor a Dios.

La expresión concreta de esta nueva ley se resume en dos enseñanzas: la Bienaventuranzas y el mandamiento nuevo.

Las Bienaventuranzas presentan un cambio radical en cuanto a nuestra forma de vida.

Las Bienaventuranzas son un signo de felicidad y de esperanza. La felicidad y la esperanza que Cristo nos propone tocan fondo el corazón y buscan que sea puro, misericordioso, inquieto, abnegado, alegre. El mandamiento nuevo es el amor.

Vivir la ley de Dios, es una actitud de amor total, requiere de una buena dosis de presencia de Dios en nuestra vida.

La ayuda de Dios no elimina el mérito de nuestra libertad que elige amar. Dios nos propone el camino, nosotros lo elegimos.

Mansedumbre es humildad, moderación, respeto.

Por la fe y los Sacramentos se nos confiere la fuerza de la gracia para obrar conforme a la ley.

Estamos acostumbrados a vivir en un mundo en el que todo tiene una medida: Horario, de trabajo, código de circulación, análisis metereológicos.

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