viernes, 23 de mayo de 2008

EL HOMBRE, CRIATURA ESPECIAL


El hombre ha sido creado con un amor especial de Dios.

El hombre es una unidad de espíritu, alma y cuerpo.

El alma es inmortal, es eterna.

Dios creo al hombre y a la mujer para que se complementara y se enriquecieran mutuamente y como padres del género humano.

El cuerpo del hombre es lo que se desarrolla en el tiempo y el espacio. El alma del hombre por el contrario, no se puede medir, ni tocar, ni ver, es espiritual y por lo tanto, es un principio superior a la materia.

El hombre y la mujer son creados, es decir, queridos por Dios, es una perfecta igualdad en tanto que son personas humanas y diferentes en su ser respectivo de hombre y de mujer.

El hombre por lo tanto, sin estas dos cosas a la vez, no es hombre; si solo es alma no es hombre y si solo es cuerpo tampoco. El hombre es cuerpo y alma. La unidad de cuerpo y alma es tan profundo que no se puede dividir ni separar. No son dos naturalezas separadas, sino que su unión constituye una única naturaleza que es la del hombre.

El hombre por haber sido creados a imagen y semejanza de Dios, tiene dignidad de persona, no es solamente algo, sino alguien.

Ser hombre o ser mujer es una realidad buena, querida por Dios. San Agustín decía que Dios sacó a la mujer, no de la cabeza ni de los pies, sino de un costado, que no es superior ni inferior, sino una auténtica compañera de vida.

"Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza..." Dios crea al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creo. Y formó al hombre del polvo de la tierra y sopló sobre él, su aliento de vida y el hombre resultó un ser viviente.

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