lunes, 26 de mayo de 2008

EL MISTERIO DE LOS MISTERIOS


El dogma de la Santísima Trinidad es un misterio.

Conocemos este misterio por la revelación de Cristo que nos lo ha manifestado como el centro de nuestra vida cristiana y como verdad para nuestra salvación. El Padre nos crea. El Hijo nos redime. El Espíritu Santo nos guía después de la muerte y la resurrección de Jesucristo.

El misterio de la Trinidad consiste en un solo Dios verdadero y tres Personas Divinas, es decir tres fuentes de relación que existen en sí mismas sin depender de otras realidades.

En la Trinidad, cada una de las personas se distingue de las otras por su procesión (origen) y por su misión en la historia de la salvación del hombre.

El misterio de la Trinidad es un misterio de amor total y pleno y por lo tanto de unidad.

El bautismo nos introduce en un misterio fundamental para la vida del cristiano: El misterio de la existencia del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

Tenemos que pensar que la Santísima Trinidad es un misterio. Que Cristo nos lo ha revelado y ha quedado plasmado en el nuevo Testamento. Que es un misterio que toca directamente nuestra incorporación a la vida cristiana. El bautismo está directamente relacionado con nuestra salvación. Que se trata de una unidad y una trinidad en sentido númerico como podemos considerar el número uno y el número tres.

"Id pues y haced discípulos a todas las gentes bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo enseñándoles a guardar todo lo que Yo, os he enseñado"

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