miércoles, 21 de mayo de 2008

EL HOMBRE Y EL PECADO


El pecado original consiste en una desobediencia al plan de Dios, motivado por la mentira del diablo y la soberbia del hombre.

Todo pecado es una mentira.

El pecado original ha dejado profundamente herida a la naturaleza humana.

En el pecado de nuestros primeros padres está el del género humano, el de la naturaleza humana. El acto de pecado de Adán y Eva pasa como estado de caída y tendencia al mal en el resto de los individuos del gébero humano. Solo en la doctrina del pecado original, se entiende la debilidad del hombre.

Dios saca un bien de un mal. Del pecado original surge la promesa de un Salvador.

Por pecado entendemos el mal moral o daño causado a uno mismo o a los demás como personas.

El pecado es un abuso de la libertad que da Dios a las personas creadas para que puedan amarle y puedan amarse.

Los hombres sentimos una tendencia muy fuerte hacia el pecado, hacia el mal, inluso sentimos que hacemos, en muchas ocasiones aquello que realmente no estamos decididos a hacer.

Los planes de Dios, son misteriosos y el hombre no alcanza a asimilarlos con su pobre inteligancia. A partir del pecado hemos recibido el mayor regalo que Dios nos podía dar, su encarnación, el gesto más grande que podía sucedernos.

En la Sagrada Escritura encontramos el resultado inmediato de esta primera caída, nuestros primeros padres perdieron el paraíso en el que habían vivido llenos de gracia.

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