Dios le habla a nuestro corazón buscando nuestra amistad.
El cristiano tiene una prioridad en su vida: Sar Gloria a Dios.
La iglesia nos propone unos ritmos de oración.
Al igual que maduramos en nuestros juicios, criterios y gustos, debemos buscar la maduración de nuestra oración, de nuestro diálogo con Dios.
El hombre busca a Dios porque lleva una gran inquietuf en su corazón, porque necesita la preparación del Creador en todo.
La Biblia nos insiste continuamente en la oración en recuerdo de la presencia de Dios.
El recuerdo de Dios y el ponernos en contacto con Él, será siempre más fácil si se dedican unos momentos del día y de la semana a dialogar exclusivamente con Él.
La iglesia nos ayuda a madurar en la oración ofreciéndonos medios y días concretos para desarrollar nuestra oración, pero el encuentro misterioso con Dios, sigue siendo personal.
En la adoración del alma, el hombre se pone de rodillas ante Dios. La adoración arranca desde lo más profundo del corazón.
En la oración de petición, se nos ayudará especialmente en la vida espiritual.
La acción de gracias, es uno de los mejores medios para estar cerca de Dios.
La oración es un encuentro de amor en el que Dios nos busca y nosotros nos ponemos a su escucha.
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